A veces hay que considerar aquello que está frente a nuestros ojos y pasan desaparcibidos. En este caso, una pintura anónima que se volvió imán en heladera.
En este rincón de reflexiones y descubrimientos, donde navegamos desde escándalos políticos a joyas literarias olvidadas, motivado por el taller literario @lonodecible, me detengo en una figura que encarna la magia de lo onírico y lo rebelde: Remedios Varo. La susodicha ya habitaba este hogar y ni me había percatado.
Pintora española exiliada en México no solo fue una maestra del surrealismo, sino una visionaria que fusionó ciencia, misticismo y feminismo en lienzos que siguen hipnotizándonos.
Para conocerla un poco más, comparto su recorrido y una mirada en particular aceca de una de sus obras maestras: Hallazgo (1956). Sigo aprovechándome del "soporte técnico" de la web y X, donde su legado sigue vivo en hilos de arte y feminismo).
De España a México: Una Vida de Exilios y Transformaciones
Remedios Varo, nacida María de los Remedios Alicia Rodriga Varo y Uranga en 1908 en Anglès, Girona, creció en un hogar de contrastes que forjaron su imaginación. Su padre, un ingeniero hidráulico liberal y agnóstico, la introdujo al dibujo técnico, la ciencia y la literatura fantástica –piensa en Julio Verne o Edgar Allan Poe–, mientras su madre, devota católica, la mandó a un colegio de monjas que avivó su rechazo a la religión organizada y su fascinación por lo esotérico. El espíritu nómada de la familia por España y el norte de África, terminó amplificando su horizonte multicultural.
Varo estudió en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando en Madrid, graduándose en 1930. En los 30, se sumergió en el surrealismo barcelonés con el grupo Logicophobista, casándose brevemente con Gerardo Lizárraga para ganar independencia. Luego, París con Benjamin Péret, poeta surrealista, donde expuso junto a Breton, Ernst y Carrington. La Guerra Civil Española y la II Guerra Mundial la obligaron a huir: arrestada en París en 1940, acusada de espionaje, escapó a México en 1941. Allí, en la Colonia Roma de Ciudad de México (¿aquella del exquisito film de Alfornso Cuarón?), formó un círculo con exiliados como Leonora Carrington (su soul sister en lo oculto) y Kati Horna.
Al principio, sobrevivió con ilustraciones comerciales y restauración de cerámica prehispánica, pero en 1953, con el apoyo de su pareja Walter Gruen, se dedicó full-time a la pintura. Sus últimos 13 años fueron su explosión creativa: un estilo meticuloso, influido por Bosch y el Renacimiento, con figuras andróginas (a menudo autorretratos con caras en forma de corazón y narices aguileñas), máquinas híbridas y temas de alquimia, psicoanálisis y empoderamiento femenino. Remedios rechazaba el automatismo surrealista; planeaba todo con bocetos y técnicas como fumage o texturas en yeso para atmósferas etéreas.
Murió de un infarto en 1963 Hay quienes creen que
"Naturaleza muerta resucitando" constituye una alegoría a su final. Frutas y objetos organizándose en un movimiento circular en torno a una vela, como si fuera un sistema planetario, forma parte de su última obra. Entonces Varo tenía la piel curtida, su pico de fama y solo 54 años.Su retrospectiva póstuma en 1971 rompió récords en el Museo de Arte Moderno de México. Hoy, su obra cotiza alto: en 2020, Armonía se vendió por 6.2 millones de dólares en Sotheby's. Influyó en la cultura pop, como el video de Madonna "Bedtime Story" (inspirado en Los Amantes). En X, usuarios la celebran como ícono feminista, con hilos sobre su "magia cotidiana" y cómo sus gatos como "familiares" mágicos simbolizan independencia.
Hallazgo: Un Viaje Místico en un Lienzo
Si hay una obra que captura el esencia de Varo, es Hallazgo (Discovery, 1956), un óleo sobre masonite de 25 x 32 cm, ahora en el Art Institute of Chicago.
Es puro Varo: un peregrinaje espiritual en un paisaje surreal, donde lo racional y lo mágico colisionan.
Imaginate un grupo de marineros renacentistas remando en un bote que flota sobre un desierto rocoso, como si la tierra fuera un océano. El bote se funde orgánicamente con el terreno, borrando fronteras entre naturaleza y tecnología. Al fondo, un bosque encierra una esfera luminosa –el "hallazgo"–, símbolo de unidad interior o iluminación espiritual. Los navegantes, andróginos y solemnes, miran hacia ella, evocando una búsqueda colectiva por lo trascendental.
Varo usa texturas en yeso para profundidad y luces etéreas que guían la vista, creando misterio. Refleja su amor por la alquimia y exploraciones geográficas (de sus lecturas infantiles), pero también temas feministas: el viaje como huida del exilio europeo hacia un "hogar interior" en México.
No hay narrativa lineal; invita a interpretaciones: ¿científicas, espirituales o personales? Forma parte de su exploración de "órdenes ocultos", como en la expo reciente "Remedios Varo: Science Fictions" (Chicago, 2023-2024).
"En tiempos de crisis, Varo nos recuerda buscar la luz interior, no la externa", tuiteó no hace mucho un usuario devoto de la artista.
Por Qué Varo Nos Habla Hoy
En un mundo de "fenómenos barriales" y sombras políticas, Varo bien puede ser un bálsamo o una pausa para redescubrir magia allí donde todo se vuelve inhóspito o cruel. Su arte no es escapismo; es resistencia. Feminista avant la lettre, pintaba mujeres como agentes de cambio, equilibrando lógica y magia.
En Argentina, donde el arte siempre fue espejo de luchas (pensemos en el mismo Berni o el Grupo Espartaco de los 60-70, el mismo Xul Solar), Varo encaja perfecto: una exiliada que reinventó su identidad.
Más información:
https://historia-arte.com/obras/naturaleza-muerta-resucitando
https://youtu.be/EOB5kOvzw7k?si=Hx3Zr_dq7HLm9GCH
https://www.instagram.com/remediosvarou/
https://www.remediosvaro.com/
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