domingo, octubre 25, 2020

Gambito de Dama o ajedrez para corazones solitarios

Poco importa la mañana gris dominical, después de maratónica jornada. Entonces, me saco la capucha de la campera roja y después de acomodar el barbijo, le digo convencido a la panadera que solía escuchar los temas de producción de Quémiras (programa de radio sobre series): 





"Tengo una nueva una para recomendarte"

- ¿Si?, ¿es drama', se ataca interesada quien supo ser fanática de 'La Casa de Papel'...porque prefiero no ver nada que me haga mal.

 - Noo, se trata de una piba huérfana que se vuelve ajedrecista y no para de ganar, informo en menos de 140 caracteres.

Después, mientras esquivo charcos y ratifico el cambio de garúa en gotas burbujas, repaso la primera escena cuando la nena pierde a su mamá. Reviso mentalmente el tema de sus adicciones, los sinsabores de esta muchacha que prefiere la vida dentro de 64 casilleros y me pregunto si la contundencia de mi argumento alcanzará para que mi recomendación supere los primeros veinte minutos y la morocha de ojos verdes se quede finalmente con mi consejo. "Son siete capítulos", había rematado como última jugada.

 -Bárbaro, si es así, voy a verla, dice y anota "Gambito de Dama" en su celu.

 Admito que a priori, el rostro de Anya Taylor-Joy, que refiere a una Bjork en modo pelirrojo, genera desconfianza y algo de rechazo. 



"Otra del colectivo emancipador yanki" (me había dicho el viernes); pero después como la historia de sus comienzos parece enternecer con esta nena sobreviviendo al hogar floydiano (estilo The Wall) a partir de tomar clases de ajedrez en el sótano del portero de la institución, el interés resurge sólo para ver cómo esta heroína caída en desgracia puede despegar cual ave fénix rumbo a cualquier mejor destino que el que le toca.

Las pastillas impuestas para dormir presuponen un mal trance. No hay que tener demasiadas luces para entender que ese "remedio" incidirá en toda la serie. Igual, volverse víctima del primer "jaque mate pastor", de su maestro (en cuatro movimientos, creo) demuestra que el guion es cosa seria. Y no sólo eso, cuando se va a costar, repasa las jugadas con imaginarias y enormes piezas moviéndose de uno y otro lado en el techo del horfanato. Visual y musicalmente, la serie es inobjetable. 

Aún, cuando The New York Time, ya la describió como una suerte de Rocky pero con una chica que combate desde su inteligencia, el film dista de ser una típica historia yanki.

El contexto sucede durante los sesenta. No voy a dedicarme a spoilear, pero sí señalar cuestiones cautivantes. El vínculo de Beth Harmon (así se llama nuestra heroína) con su madre adoptiva. 



El cóctel es amplio y potente: La relación de sus rivales-novios (primero la desprecian y luego terminan subyugados con su talento), la soledad ("si logras estar sola sin miedo, puedes hacer cualquier cosa", aconseja su madre despechada), una evidente crítica a la sociedad de entonces, la música, el alcohol, la ira por no saber perder y su capacidad para sobreponerse. Y, por supuesto el ajedrez, mucho y variado, exhibido desde todos los planos y espacios posibles....

 Una pausa. Antes de sumar el botón del reloj que amplíe le arranque del juego, me permito compartir un ejercicio de memoria y sus vericuetos. 

Por supuesto que no tengo una relación directa con el ajedrez, pero sí fui testigo accidental de su importancia en algún momento. Así, vagamente vinieron a mi mente las partidas entre ancianos jugando en Parque Lezama, algún pibe con su tablero en plaza Dorrego, pero también en la mía sarandinense de Supisciche. 

En los ochenta, en esa múltiple convivencia universitaria, compartí algunos meses con compañero de Molinos, el cordobés Omar Méndez, fana de Instituto y siempre cabrón (hoy manifiesto macrista) por aquel tiempo daba los primeros palotes de las revistas de cable, como animal de laburo y se lamentaba sus faltas horas de sueño. También Omar guardaba se vanagloriaba con tu tonada intensa de haber logrado tablas con el mismísimo Anatoli Karpov. "Había venido a la fábrica y accedió a sus simultáneas", reveló aquel cronista de Flash. Se descontaba que había sido cierto.

Además me acordé de las notas en Clarín mostrando los tableros del día, las fechas de los torneos. Así supe de Najdorf, orgullo argentino (el documental nombra a este polaco nacionalizado, en relación a una jugada específica), Jan Timman, que imaginariamente uno elegía para salirse de la antinomia Bobby Fisher-Boris Spasky. Se ve que uno ya traía la tercera posición en el inconsciente. La exhibición de las partidas en el San Martín, cuando llegaba algún maestro y la promoción de Claudia Amura, una chica común, como posible crack, le daba un carácter aspiracionalmente popular a este "deporte". Y también me quedaba el recuerdo de mi amigo y vecino Tito, cuya escuela invitaba a los alumnos a partidas sabáticas.



En ese momento de arranque periodístico, sugerí o me tocó en suerte una nota sobre escuelas de ajedrez. Creo que fui al club cerca de mi casa de entonces y descubrí un mundo celoso y casi hermético...como el propio juego (pensamiento fácil para quien se sentía ajeno), lógicamente busqué algún prodigio tal como exigen las reglas del caso (o mejor dicho, las notas color impuestas para el caso). Pero también supe de los problemas de adicciones de quienes se aventuran a este juego ciencia. Creo que aquella nota quedó anclada con otra que había elaborado sobre "adictos al juego", aunque este aspecto refería a la ruleta, cartas y timba en general.

 Como sea, con Beth queda de manifiesto que el Chezz es un viaje de ida. Salvo que la aburrieran las partidas (cansada de ganar, obvio), la chica no abandona y se prende a cualquier invitación. El final es una ratificación de lo mismo. La vida de la muchacha, real o no, sugiere continuar con el tema a partir del siempre enigmático Bobby Fischer y su tortuosa vida. Es que la cabeza de esta gente constituye el mejor disparador de la serie. Hay una noción acerca de que fuera de este juego todo puede ser bardo, que la perfección se busca como una meta o cumbre simbólica y que ese recorrido puede ser aplicable en cualquier circunstancia, si es para mejorar nuestro conocimiento.

 

Creo que por esto, le tire en esta mañana lluviosa a la panadera, la invitación a ver 'Gambito..', no sólo porque puede ser un buen relato, sino una historia de superación. De no quedarse con lo inmediato, de animarse a lo inverosímil (¿recurrente lo mío, no?). Encima, algunos artículos (ver aparte) reflejan la elaboración minuciosa de la serie, con el genio de Garry Kasparov como asesor de la cuestión. El último maestro que se le atrevió a las compus, incluso las de Jobs, seguro está en este baile de nuestro lado. 



Un detalle no menos importante, al momento de hacer el amor, los tipos intentan descifrar su cabeza como ajedrecista. En esas circunstancias, la muchacha se encarga de demostrar que frente al deseo, espera otra cosa.

 Dos aspectos más que me interesaron de la serie remiten a lo ideológico primero y al tema de la envidia. En el primer caso, para que la Colo represente a USA en un torneo en Moscú, debe adaptarse a sus mecenas católicos, "sólo para destruir a sus enemigos comunistas", cosa que rechaza. "La diferencia entre los rusos y nosotros es que ellos son solidarios y trabajan en equipo, en cambio el americano quiere resolverlo todo por las de él", advierte Benny Watts. La resolución de la última partida, demuestra que tanto ella como los suyos, aprendieron la lección.

 

Y por otro lado, ya no desde el plano capitalismo-marxismo, sino considerando lo personal, todos sus contrincantes, pasan de la envidia a la admiración, para luego colaborar en su coronación final. 

Ahí sí, la historia abre aspectos superadores, incluso para el ámbito propio y de otros. No quiero indagar o delirar, pero quizás en nuestro contexto entiendo que las derrotas o el valor de aceptar a quienes nos ganan en distintas circunstancias de la vida, también deberían aceptarse como lecciones de vida. ¿Será esa cosa tana-gallega limitante para asumir que de las caídas también se renace y que de la gente más inteligente o de potenciales contrincantes, se puede aprender más y superarse?



 Que sea lo que ustedes quieran pensar. A Beth la castigan, la ningunean, le hacen pagar sus derrotas, pero también aprenden a comprender que se supera, que crece, que evoluciona y que al final puede enseñar, incluso a sus rivales y maestros. 

 Entender esto es más que resolver un problema o acertijo. Tal vez una buena partida de ajedrez podría ayudar.



Ahedres – Filipino 

Catur – Indonesio, Javanés, Malayo 

Ċess – Maltés

Cheseu – Coreano

Chess – Inglés 

Chesu – Japonés 

Échecs – Francés 

Echèk – Criollo Haitiano

Escacs – Catalán 

Ficheall – Irlandés

Male – Estonio 

Qí – Chino 

Šach – Eslovaco 

Sachy – Checo, Eslovaco 

Sah – Croata 

Šah – Esloveno

Şah – Rumano

Sahmat – Azerbaijani

Šahs – Letón

Sakhmat – Hebréo

Sakk – Húngaro 

Ŝako – Esperanto

Satar – Mongol

Satranc – Turco 

Satrang – Arabe 

Satranj – Hindú 

Scacchi – Italiano 

Scaci – Latín

Schaak – Holandés 

Schach – Alemán 

Schack – Sueco 

Senterej – Amharico

Shah – Albanés 

Shahmati – Ruso 

Shakki – Finlandés 

Shatrang – Persa

Shaxmat – Uzbeko

Sittuyin – Birmano 

Sjakk – Noruego 

Skaak – Africano 

Skak – Danés 

Skák – Islandés 

Skake – Frisio

Skaki – Griego 

Szachy – Polaco 

Xadrez – Gallego



https://finde.latercera.com/series-y-peliculas/gambito-de-dama-serie-netflix/

https://www.chess.com/es/news/view/gambito-de-dama-netflix-ajedrez

https://fueradeseries.com/gambito-de-dama-convierte-a-anya-taylor-joy-en-ajedrecista-y-adicta-37ca2dd43733

https://elpais.com/television/2020-10-22/gambito-de-dama-la-serie-que-muestra-el-ajedrez-como-nunca-antes-en-television.html

1 comentario:

Reflexionemos juntos, no te inhibas y peleate conmigo y con la escritura.