Formas del silencio

Hay silencios que refieren a sonidos, esos que relajan después de tanta presión o que angustian hasta las lágrimas, acaso haciendo sopesar el valor de la soledad.

Hay silencios cómplices, entre aquellos que saben guardar secretos.

Hay silencios incómodos, esos que mentirosos guardan el falso mote de “el que calla otorga”.

Hay algunos que duran años porque quizás hablar sea motivo de cambios revolucionarios y la verdad “No sé si aún estoy preparado para hacerlo”.

Hay silencios con ruidos, de diálogos o mejor dicho de monólogos falsamente compartidos.
Hay silencio cuando ya no tenemos nada que decir o decirnos. A veces son bastante tramposos y reaccionarios.
Otros más amorosos, que saben prescindir de las palabras.

Hay silencios de sordos y uno lamenta no encontrar la manera de sumar a quienes tienen esa limitación, para incorporarlos, por ejemplo, a un programa de radio. La evolución tecnológica, quizás sirva para subtitular (valga la paradoja)  programas de radio.

Hay silencios de inocentes que ya empiezan a hablar. Y qué ruido hacen!!!

Hay silencios autoritarios. “El silencio es salud”, “mejor no digas nada, así conservas tu trabajo, tu pellejo, tu reputación, tu familia”. ¿Viste que ahora la policía te puede detener si los filmás pegando?

Hay silencios obligados de los que parten para siempre…según, a veces es ahí cuando algunos deciden romperlos y comienzan a hablar.
O cuando la voz de los ausentes comienza a orientarnos.