lunes, noviembre 02, 2015

Despedir o darle la bienvenida a Agata Antonietta

Una invitación para redescubrir a Antonio Dal Masetto, el comienzo de "Oscuramente Fuerte es la vida"




Mi casa estaba en las afueras de Trani, pasada la fábrica textil y los primeros prados, subiendo hacia esos montes por lo que se podía ir o escapar a Suiza y a Francia. Desde el patio, asomándose a la cuesta, se veían las desembocaduras de los ríos San Giovanni y San Giorgio, una cada costado del pueblo, y entre ambas los techos de tejas apretados en el último declive contra la costa del lago, y detrás las islas, las estelas lentas de los botes de los pescadores, los campanarios de los poblados de la margen opuesta, los espinazos de montañas en el aire transparente. En ese lugar nací, una mañana de julio de 1911, año en que, según me contaban, los ríos habían crecido como nunca y el San Giorgio se había llevado una casa construida demasiado cerca de la orilla, y con la casa una familia entera. Los míos eran de ahí, aparentemente siempre habían vivido ahí. Hasta donde sé, hasta donde sabían los que me criaron y educaron, ninguno de los que precedieron había llegado desde otras regiones. Me pusieron Agata por mi abuela paterna y Antonietta por mi abuela materna.

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