"Cortala y salí de la burbuja". Más o menos así fue la sugerencia de una ex compañera de secundario que me tiró en eso que de a ratos se asemeja a un pizarrón buchón, llamado facebook. Qué loco, la mina que vive en un country me sugiere que salga de la burbuja. Ah, también me dice resentido, después de escupir su rabia por el modelo K. Entonces reviso su presente económico y como no soy buchón, prefiero callarlo desde este blog, a veces íntimo, a veces pispeado por amigos. "40 lucas mínimo", calculando en el aire, sería el sueldo mensual de la que critica mi esfervescencia. Después repaso otros ámbitos menos cómodos y la tentación por encontrar globitos en todos lados se apodera de mi mente. Hay burbujas en la web, en las chabolas que se preservan, en los comercios de barrio que sacuden pero tickean a ojo con papel madera. Hay burbujas para hablar de música, de proyectos, de viajes compartidos en años dorados. Hay burbujas para recuperar lo que fuimos. Y sí, no soy la excepción. Continuaré escuchando Steve Wonder, mientras me reprochan que no podrá venir por el dolar, Scioli y no sé que otro delirio. Bueno, quizás la krispada pincha globos, en pocos días vaya a ver a los All Blacks a La Plata. Este resentido, seguirá boludeando con sorbetes, vasos de cumple y detergente.
Sin estar seguro, creo que es mucho más frecuente el desencuentro que el consenso, y encontrar el error en el otro antes que reconocerle méritos y aciertos. En mi caso, la familia es el primer examen: confrontando en casa uno puede reconocer errores y aceptar que mujer e hija no son títeres y son capaces de soluciones inimaginables para un cabeza dura como yo. Por otra parte, creo que se discrepa mucho por detalles, cosas que de acá a diez años, o tal vez uno, no tendrán trascendencia, como tantas cosas supuestamente vitales de hace uno o diez años que ya ni podemos recordar. Puesto en perspectiva, lo importante se debería poder distinguir bien. Lo digo con pena por tanta discusión inútil, tanto desgaste innecesario, y también porque me da mucha bronca que cuando pasa algo grave nos damos cuenta tarde. Acá se fue al descenso Ríver, se fue cayendo a pedazos durante años, y la sociedad no hizo nada, se da cuenta, nada. Es así nomás. Y el resto es silencio.
ResponderBorrarBuen fin de semana.