Mientras tanto, desmenuzo las revistas de moda que aquí, abaratadas o atrapadas por las marcas oficiales, proponen a sus modelos mostrarse serias para demostrar que la cara de culo, bien puede ser glamorosa. ERROR, copiamos esa fórmula sin entender que el viejo mundo necesitará en breve, más pronto de lo pensado, volver a sonreir por qué sí, después del kaos simbólico que se les viene.
Igual aquí, nadie escarmienta. Hay una editora, me cuentan, que le sugiere a las chicas de tapa que piensen cosas feas, para esconder los dientes. "Imaginate que tu novio te dejó", susurra la abuelita del Opus al oído. Y la pobre piba, que no quiere desprenderse de su Ipad y del tipo que la proveyó, se encula para ser famosa y contárselo a sus amigas en Cañitas, o en las Lomitas.
Sobras nada más de un mundo que a uno (un servidor), no le cierran. Por acá andan los dueños del papel diciéndonos que es suyo, aunque ya no lo necesiten y que si sos gobierno, "llevátelo pero sabés que atentás con nuestra democracia. Esa que supimos describir, antes que conseguir".
Y entre más restos o resaca de periodismo, vuelvo a lamentar que los referentes de Humor, ya no estén, se hayan aburguesado o simplemente, quien escribe haya envejecido tanto, como para perder el foco de esta realidad y de aquella adolescente.Si hasta el reencuentro con los viejos amigos, también ahora me deja callado por creer que ellos y yo, estábamos sintiendo cosas distintas.
Sobras nada más. Como recetas a las apuradas, con sabor a ensalada rusa y fideos, más carne helada. Como las bolsas más famosas (no, Falabella, no), las negras de consorcio que guardan formalmente "lo peor de nosotros", que debe irse lejos. Allá donde nadie vuelva a rescatarlo y recordarnos qué hicimos, qué comimos, qué abandonamos.
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