viernes, marzo 07, 2008

Balbuceo





Me enfrasco en vanidades silenciosas que limitan sueños y palabras. Especulo acerca del sentido virtual de expresarse. ¿Qué debe decir un periodista cuando la realidad se expande e impone recurrentes naderías? Lo ignoro.


Celebro la suma de nuevos diarios, la simulación de una búsqueda mediática que intente denunciar y disputarse los hechos como juego necesario. Que la comunicación recupere su sentido u otro sentido.




Extraño el guiño entre el medio y el lector como en la revista Humor, el Porteño o El Periodista, igual que con Chachacha. Ese que nos permitía respaldar de costado a Spike Lee, Cronemberg, Jarmusch o el mismo Greenaway, mientras los massmediáticos nos imponían Duro de Matar u otras ofertas americanas.



Balbuceo, pero brindo por la palabra (y por las mujeres también Andrés) que se encienda, que el sonido le devuelva su música, que el oficio de escribir, vuelva a encantar a los descreídos. Lectores y comunicadores.

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