¿Importa poco el por qué?
Importa poco.
Vamos por el qué, pot quienes estamos. Aquí en la que nos toca.
Nosotros. Gabriela y sus demorados ojos. Cata y una belleza que se amplifica al ritmo de su despertar; aunque nunca haya sabido cómo es eso de dormirse en los laureles (a diferencia del "experto" de Saverio)
Y está uno. Uno que calla porque hay circunstancias en el que decir resulta insuficiente. No suma. Y tampoco son tiempos de hacer cuentas y calcular qué conviene. Sí, por supuesto, de tomar nota. Ojo con lo que escribís porque te queda. Te queda en la memoria, te cala adentro. Te lo guarda la nube.
Ahora, por ejemplo, antes de reenviar una foto a mi correo, google anticipa mi nombre por otro, el de una amiga difunta, se fue apenas un año atrás. Y yo no sé muy bien qué hacer con esos recuerdos intempestivos que se cuelan entre mis algoritmos.
Todo se vuelve como esto o algo parecido. La música sucede, Thom Yorke ahora está de fondo y forma parte de esa lista arbitraria de canciones recurrentes que canto a solas pero que ni mi entorno, mi barrio, mi generación, bah los propios, tendrán la chance de conocer o compartir: Gogol, Small Song, Now at Last. Esta sí me pegó bastante:
Cuando el viento era fresco en las colinas
When the wind was fresh on the hills
Y las estrellas eran nuevas en el cielo
And the stars were new in the sky
Y la alondra se mantuvo en silencio
And the lark was held in the still
Dónde estaba
Where was I
Dónde estaba
...canta la joven jazzera Blossom Dearie, allá por los 50. Por ahí cuando vea a mi suegra en su nuevo hogar le pregunte si oyó hablar de ella. Sé que con Len, mi suegro, gustaban de ese género y del foxtrot. Todo sea para que las horas les (nos) pasen más rápidas y entretenidas.
Me sorprende la capacidad de cancelación que incorporan los afectos cuando pinta el presente fulero. (Sólo describo, no pregunto por qué)
Lo que sí sé es que no siempre la piel necesita del sol para curtirse. Ni de febo, ni de heridas profundas. Basta con sobrellevar los olvidos. Y esta regla tonta de correr al ritmo de las imágenes bonitas y prolijas.de las redes. ¿Qué se hacen con las fotos de papel? ¿Con la ropa? ¿Con los muebles? ¿Cuánto importan los olores ahora que el olfato volvió a dejar de ser una preocupación?
Voy al fondo. Quiero encontrar una imagen para este post de resurrección. Otro divague para que pispeen los 14 o 15 lectores y sepan que uno está aquí.
Encuentro reverdecida mi enrededadera de la medianera. Esa que se vuelve roja o seca, según los días y las horas. Igual siempre bella. Podría jugar con un delirio y decir "Pienso en el final", colgándome de la película de Kaufman. Pero no, pienso en el principio, pienso que no pienso, pienso en eso que hoy está en boga y es que perder es ganar. Todos mis escritores alimentaron con clase sus pasos e hicieron de los obstáculos las madres de sus batallas. Burgess, Rivera, Quiroga, Kundera, Bowles. Todos..
Y ahora qué pasa. 'Whatever', como gusta decir a mi hija.
Ojalá podamos ser algo más que ver mejor.
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