lunes, julio 11, 2016

Mad Men, Trump y la naturaleza del sueño americano


Me llevó bastante tiempo ver el final de Mad Men. Acaso porque me resistía a pensar un cierre a una historia que revisa la relación del mercado con la sociedad desde fines de los ' 50 a los setenta, a través de las vivencias de un grupo de cerebritos inescrupulosos, con muchos momentos conmovedores y un guión impagable.
O simplemente porque no quería que esa serie, aún un año después, termine para siempre.

Ahora, cuando ya no importan los spoileos ni debatirse sobre si Don Draper consigue finalmente una chica para no sentirse tan solo, la distancia del cierre me permitió revisar la mirada sobre aquello que tanto seduce y vuelve original e incomparable del exitoso ciudadano americano.

Y así, como Don después de un retiro espiritual se redime como publicitario creando el aviso más emblemático de la historia "la chispa de la vida" (¿Cómo olvidarse de aquel comercial de Coca cola, en una aldea desbordada de hippies, portando cual ejército su respectiva botellita),  la conclusión de esa inspiración que probablemente en los setenta supo aprovechar la agencia Mc Cann (sí, esa que absorbió a los protagonistas de la serie, para deglutírselos desde su estructura burocrática) explica cuáles son los valores que redimen y reivindican "the american way".

En tal sentido, también la presente postulación de Donald Trump como candidato a presidente del gran país, confirma cuáles son esos principios que componen a un ganador de verdad. Y así, como Don, sin amigos, sin amores, ausente como padre y fracasado en su vida familiar, triunfa finalmente a pesar de todo y de todos, lo mismo ocurrió con Steve Jobs, el propio Trump y tantos otros que recorren las tapas de revistas como Forbes o el Time, distinguidos cual ciudadanos modelos.

"Si tengo un propósito claro, no hay nada que pueda detenerme", sería la máxima que exime de escrúpulos a los ganadores. Atenti, este portal no pretende reivindicar a la familia, la amistad, las religiones, los amigos como conceptos sublimes e inmaculados. Pero sí pensar por qué de un encuentro espiritual deviene el sentido social, espiritual y profundo del hippismo, en un potencial consumidor.

Seguramente quien lea esto dirá ¿de qué caxo me está hablando? Quizás la letra del propio aviso, ayude a reflexionar un poco, sobre qué modelos en la sociedad, en el trabajo, en la educación, en los medios, entre los seres queridos nos van encapsulando para adaptarnos a un modo de sentir o una carrera de la que, quizás sin querer, nos sumamos. Como iniciar un recorrido no buscado.

Tanto Jobs, como Trump (ése que desde un reality decía quién estaba apto para ser "El aprendiz" y quién merecía descartarse, con la venia de sus obsecuentes) y por qué no, el propio Draper, apuntalan un modo de ser que prescinde del otro, o cuya mirada sólo resulta valiosa si es un funcional al propósito personal.
Tras recordar la lectura de la biografía del creador de Apple, no puedo evitar imaginarlo creando sus pantallitas y accesorios para la autosatisfacción de su pasivo consumidor.

¿Qué increible Jobs, no? de transitar por una larga experiencia iniciática en la India, a ser hippy, vegano, fanático de Dylan, amigo de U2, amante de Joan Baez para terminar como cerebro o mentor de nuestra generación de autómatas.

De todos modos,  nada es definitivo y esto es una paupérrima y arbitraria especulación de quien mira ciertos modelos con desconfianza. No obstante de ello, la angustia del neoyorkino que chupa y no para de fumar, la obsesión de Peggy por crecer dentro de su escala social como mujer, igual que la Colorada, la frialdad de una familia disfunsional (sí la de Don), la fragilidad virtud de esa suerte de caballero yanki que representa Sterling  y la falta de certezas de un relato existencial en un ámbito canibal, me da cierta licencia como para rendirme a una gran ficción.


Aunque connote valores jodidos.
Saludos.
*“Me gustaría compartir la dicha de vivir// Quiero comprarle al mundo hoy, un refugio de amor con flores y un gran jardín, para sembrar la paz//Me gustaría compartir la dicha de vivir, Tomando Coca Cola y así ser muy feliz.La chispa de la vida, Es poder compartir, Es el ir y venir..de las cosas lindas

http://www.aldeavillana.com/la-chispa-de-la-vida-coca-cola-agencia-mccann-nueva-york-1976

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