...Podría decirse, por ejemplo que tomar una esposa es dotarse de una historia. Y si ello es así, debo entender que yo estoy ahora fuera de la historia. Como los caballos y la niebla. O podría decirse que mi historia me ha dejado. O que he de seguir viviendo sin historia. O que la historia habrá de prescindir de mí en adelante, amenos que mi mujer escriba más cartas, o le cuente sus cosas a una amiga que lle
ve un diario. Entonces, años después, alguien podrá volver sobre este tiempo, interpretarlo a partir de documentos escritos, de fragmentos dispersos y largas peroratas, de silencios y veladas imputaciones. Y es entonces cuando germina en mí la idea de que autobiografía es la historia de los pobres desdichados. Y de que estoy diciendo adiós a la historia. Adiós, amada mía.
(del cuento Caballos en la niebla de Carver)
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