Ni Vicenta, ni tío Luis, mucho menos mi viejo, aparecen en facebook y pienso que todo aquello que añoro y me impulsa a escribir, tampoco se reflejan en nuestra nueva guía Peuser llamada “redes sociales”. Y me duele hacer esfuerzos extremos para recuperar la voz de mi tía Bety intentando recordarla. Repasar con exactitud y rigor de lección obligada cada uno de los escasos relatos con mi viejo. Y confirmo, y reafirmo que todo esto es banal para un mundo de horizontes amplios y miradas acotadas, a los necesarios y adictivos 18 x7 centímetros de nuestra magnánima virtualidad. Todo esto lo digo por uno o dos mensajes que con premura me reclaman a abandonar mi torpe mano y desprolija escritura para saber qué milagroso comentario en dos líneas modificará mis perspectivas de un día más.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Reflexionemos juntos, no te inhibas y peleate conmigo y con la escritura.