sábado, abril 12, 2008

San Martín, el norte de Jorge Lanata


A priori uno podría pensar en el prócer, pero no. Me refiero a la escuela San Martín de Avellaneda. En los ochenta, algo así, como una versión pseudoelitista para niños iluminados y con buen poder adquisitivo. Aclaración, el prestigio de entonces lo tenía la estatal ENSPA, pero el San Martín era algo así como el St. George quilmeño. Este, albergó a Moneta, Richard Handley y otros muchachos pesados (casualidad o no, aquí envía actualmente Lanata a su pequeña hija en una combi especial desde el barrio de Belgrano al exquisito establecimiento bilingüe sureño.
Pero sigamos con el San Martín, debo decir que siempre resultaba como una escuela pupilo con aspiraciones. Todos conocen la historia del gordo, con un papá dentista bravo, etc. Lanata es un gran periodista, visionario, audaz. Sin embargo hoy de a poco muestra los dientes. Acaso el distanciamiento de Martín Caparrós revele esa obstinación caprichosa de un niño bien devenido en talento.
Y hay aspectos que siempre se destacan del periodista-escritor como haber hecho un diario con 24 años, haber comenzado desde muy joven con su profesión. Esto de poner el aspecto de notable puber que invalida al crecimiento paulatino y normal.
Con esa misma anormalidad, el hombre hoy sugiere "echar a los malos", puertas adentro, trabajar a destajo y merced a sus caprichos, para sólo mencionar un par de caprichitos.
Quienes compramos por él Pagina 12 desde el principio, deseamos que el prócer vuelva a ser su norte y no la escuelita de chiquitos bien lobotomizados.
Que así sea.

4 comentarios:

  1. ¿Sabés? Siempre me he preguntado si esto de empezar una profesión muy joven o incluso tener éxito en ella realmente sea meritorio. Muchas veces me pregunto cuando leo escritores desconocidos, o veo actores que actúan como los dioses ¿y el éxito dónde está? O esas bandas perdidas que sabés que son grosas pero totalmente ignotas.
    Haber comenzado una carrera joven como es el caso de Lanata, puede ser cosa del destino nomás, no sé si sea tan meritorio. Pero que el gordo se la creyó, se la creyó, eso seguro.
    Un beso,
    Mari
    Pd: ¿leiste Felisberto Hernández?

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    1. No leí a Felisberto, lo voy a rastrear, que andes bien.

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  2. Mariano7:53 p.m.

    comparas al San Martin con el St George? es un colegio un poco mas caro que por ejemplo el french, pero nada que ver con elites y ese tipo de cosas... en Belgrano hay muchisimos colegios muchisimo mas caros y elitistas que el San Martin de Avellaneda. Si manda a la hija al San Martin, será porque el fue y egresó en ese colegio, no mas que eso, no porque sea "su norte", No tenes idea de lo que estas diciendo. Yo fui al Pio XII en Avellaneda, colegio parroquial aunque soy agnostico, y te aclaro, el San Martin esta muchisimo mas cerca del Pio XII que de un St George, lo que estas diciendo no tiene fundamento alguno... es una pavada gigante. no se como llegue a este blog, pero veo que es viejo; espero que para uno proximo, antes de hablar investigues mas y sepas de lo que hablas... el san martin es un colegio medio pelo para arriba, no mas que eso... ja, compararlo con el St George... Para darte una idea, porque no la tenes, trazando una comparativa, San Andres sería la universidad del St George y la UCES del San Martin

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    1. Tenés razón, nada tienen que ver pero la comparación es la distancia, la combi va al George, a lo mejor como el texto es enreverado te perdiste. Igual todo bien, probá blogs con más certezas. La cuestión es que el ex sarandinense (que es lanata y no yo, digo por lo de ex), recupera guita e ínfulas aspiracionales de su niñez, cuando todos éramos callejeros y él ya se soñaba distinto. Conserva, al menos, su pretensión de garca de entonces. Saludos.

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