martes, octubre 15, 2024
Un grabador en el baño
lunes, octubre 14, 2024
Lo eventual
Algunas circunstancias exceden lo cotidiano y consiguen que un vínculo, sin demasiado preámbulo, se imponga naturalmente hasta ser valorado.
Bajo a tierra para explicarlo mejor. Días atrás, en librería porteña fui por biografía de analista (no hay que pensar demasiado). Ya había intercambiado alguna vez charla con vendedora y estudiante del rubro. Cual dominó o collar de coincidencias, debate y resolución fueron alternándose coincidentes, dentro de una mañana densa y de resolana ligera.
Ella, con la energía de su certidumbre juvenil, dispuesta a cambiarlo todo o ir al frente y uno, en
los albores del pamper humedecido, parafraseando a nuestro fallido nobel de
Economía, entendiendo y envidiando tanta pulsión esgrimida.
Sin sabernos demasiado la melodía ahí ambos recitamos luego una letanía empática sobre lo próximo y alternativo al poder de turno: bancar a Axel y hasta cosas de Pichetto, fastidio por la condición de escorpión de Cris y su nene canchero.
Pero también celebrar coincidentemente la voluntad de los estudiantes por no quedarse quietos, después del veto. Aunque los paros comiencen a afectar la preparación de una materia, según explcia. "Es que me engancho y me bajoneo", tira. "No dejes de estudiar, enfocate", recomiendo yo, más intuitivo que sabio, sin comprender cuál es el límite de atender o desengancharse de la sensatez, con tal de que la sobreinformación de la actualidad no la (nos) lleve puestos.
De la nada le recordé el error monto de imponer una clandestinidad que terminó abandonando a los propios a su suerte, expuestos en la superficie. Comparación china en relación al golpe y esto, pero nunca se sabe.
Le sugerí enfocarse, trabajar la esperanza, hacer deportes, no conformarse con la agenda impuesta libertaria.
En síntesis,
"vivir con lo puesto", pero también "ir por más", aunque no
tenga demasiado en claro en qué consiste tal adicional.
Me llevé el libro que cité en post anterior, saludé con la convicción de haber cuidado a un propio aunque, recién al final y al pasar la piba tiró su nombre. Además del texto, a mi mochila le sumé su preocupación. "Hace ocho años que trabajo y sé que no hay manera de que pueda comprarme una casa con mi novio", se lamentó casi reprimiento sus lagrimales.
Nunca un escenario más incómodo el de Santa Fé y Coronel
Díaz para una veinteañera consciente del frágil holograma que le toca, a prueba de vagas y endebles utopías.
Poco menos de una semana más tarde, mientras la novela de Gainza me recuerda la existencia del sauna de Colmegna en el
microcentro junto a Enriqueta, la jefa de su historia en 'La luz negra', espero paciente que avance la cola del centro
comercial para pagar otro impuesto. De golpe, la voz intempestiva y gruesa desde atrás
interrumpe curiosa:
Esquivo el pasillo largo del edificio,
retomo la peatonal sureña y rumbeo a la estación pensando en lo bueno que es
viajar para sacar el foco del celular, de la actualidad mediática y continuar
con la lectura.
Y de solo pensarlos a mis desconocidos aliados, me pienso contento.
domingo, octubre 13, 2024
Siete locos libertarios
"...y entonces me acordé que los únicos que podían devolverle a la humanidad el paraíso perdido eran los dioses de carne y hueso: Rockefeller, Morgan, Ford... y concebí un proyecto que puede aparecer fantástico a una mente mediocre... Vi que el callejón sin salida de la realidad social tenía una única salida... y era volver para atrás" (Discurso del astrólogo. Los Siete Locos).
Desde hace semanas vengo rumiando un
paralelismo mental que se resiste a quedar encajonado o dormido, acerca del
gobierno que nos toca.
Son tan arltianos todos sus integrantes,
primero con el pretencioso y falso Erdosain, Silvio o Balder de Javier. Pero también
por qué no pensar que las pieles de Karina, Sandrita, Mondino, Espert y los
Caputo cobijan con increíble similitud las fisonomías y mentalidad del Rengo,
la bizca, la coja, el astrólogo, Barsut o el Rufián Melancólico.
Afortunadamente, quien ya había hecho un
trabajo profundo a propósito del pensamiento de Robertito es Oscar Masotta que,
de modo indirecto y más allá de mi devoción por Lacan, resurgió en estos días,
a partir de sesiones terapéuticas, lecturas accidentales e incidentales acerca
de la amante del analista, abordada por María Gainza en La luz Negra.
Al psicoanalista, crítico de arte y
semiólogo, de la revista Contorno y textos como Pop Art o Happening, me lo
crucé en un texto breve que supe leer distraídamente, a propósito de Arlt vía
PDF (formato poco amable para
profundizar), estaría cerrando el círculo de mi maldita presunción sobre la
filosofía libertaria y sus secuaces.
En 'Sexo y traición en Roberto Arlt', don
Oscar dice cosas de este tipo.
"Rápido, un crimen que me caigo al
vacío", emulando una frase de Rimbaud. Díganme si no es nuestro leoncito,
buscando instalar agenda diaria que ayude a saciar esa sed que tanto le
preocupa por no generar nada.
También quien desmenuza al mentor de las
Aguafuertes, para ubicarlo en un lugar más antipático para quienes somos
devotos, destaca:
"Si hace luchar a sus personajes no
es para hacerlos buscar una salida hacia la victoria sino para que se logren en
la frustración, para que sucumban en la rabia de la singularidad".
Y esto (prestar atención acerca de
gobernantes y su devota feligresía) "Si hay un tema rector en esta obra,
hacia donde confluye lo más específicamente arltiano, entiendo que es el de la imposibilidad
de contacto entre humillado y humillado. Arlt- que conocía a Dostoievski- sabía
muy bien que nada hay más estrecho que la relación que une al verdugo a la
víctima, el humillado al que humilla.
Pero sabía también que esa relación, en
cambio, es improbable entre humillados. El que humilla se conecta
inmediatamente al que es humillado y viceversa, pero todo humillado repele a
quienes se humillan. La relación, en Arlt, de los humillados entre ellos se
inicia extrayendo su existencia de un aliento precario...
(Y no perder de vista lo siguiente...) Es un
contacto sigiloso y aberrante que se produce en una atmósfera donde cada
humillado se siente como desencajado frente al otro, como alienado
verticalmente en el otro (Lemoine, gordo Dan, la diputada recitando en modo
IA), donde cada uno vive en el otro a un ser peligrosamente semejante a sí
mismo, un clima de repulsión y de desconfianza, de resquemores.
Y realza Masotta: "Hasta que
finalmente esta atmósfera incierta se resquebraja por la aparición del
sentimiento adecuado a toda comunidad entre humillados: EL ODIO" (tomá
mate)
Por supuesto que 'Sexo y traición...' es
más jugoso que cualquier extracto que pueda hacer desde acá. Pero las acciones
humillantes de quienes protagonizan las novelas de Arlt contra sus pares, casi
parecen funcionar de modo aleccionador, en pos de los "valores de la clase
media", algo que también distingue Masotta.
Es más fácil prender fuego a un linyera
que hacer lo propio con el local de un patrón.
O más práctico traicionar a uno propio
que atreverse a resignar las migajas que "se le escapen a la casta".
Todo lo que viene de arriba siempre ayuda, podría decirse aunque las fuerzas
del cielo no terminen de ajustarse a ninguna religión en particular. (Mucho
menos en consonancia con los cultos históricos que se practican desde este lado
del hemisferio)
Entonces ahí está el hombre común. El
hombre masa de Ortega y Gasset que tanto desprecia el expibe motosierra,
cumpliendo con el mandato amilitante pero autómata de señalar a docentes,
enfermeras o empleados públicos, como deficitarios, reclamándoles tolerancia,
disponibilidad y eficacia.
Como contrapartida así estamos en esta
recesión, socavando nuestros valores y principios para "agradecer la
oportunidad" de ser parte de ingresos en negro, de dudosa procedencia e
incierta continuidad, con tal de que la suerte del sistema nos dé una chance en
el aquí y ahora.
Seamos todos Rapi o Uber y que lo demás
no importa nada. Capitalismo 7, integridad 0.
jueves, septiembre 19, 2024
Cada día, un poco
jueves, septiembre 05, 2024
En cuanto a la ausencia
El remanido análisis freudiano del "cucú...acá estaaa" que refiere a la distancia madre-hijo, presencia-ausencia como antesala de un otro que nos registra (o no), bueno... todo este continente delirante me sirve para pensar en lo importante de una mirada (la propia) en busca del sujeto (u objeto) a observar, a pesar de que parezca ausente.
Se busca lo perdido pero también se va hacia la búsqueda de lo no sabido. De aquello que relega lo familiar (una costumbre, una tara, los lugares comunes de siempre, lo habitual, lo perenne) para cambiar respecto de lo impensado, de un devenir.
De lo desconocido.
Quizás en la conciencia de una ausencia, de aquello que falta o que ignoramos cómo podría ser, exista mucho del verdadero espíritu aventurero.
Repasando una entrevista a Murakami, hablando de los muros y sus pozos habituales en sus relatos -también bosques o destinos temerarios-, el tipo señala lo valioso de animarse a atravesarlos, pero también el desafío para saber volver de esos lugares atractivos aunque casi siempre inhóspitos.
Y acaso la/las ausencias, esas entidades incorpóreas hasta que alguno se atreva a darles entidad, un nombre o un sentido, oficien de pulsión, de intuición y reflejo, pero también del necesario "salirse de lo propio".
Es curioso, para quien cantó hasta el hartazgo "De nada sirve, escaparse de uno mismo", ahora encuentro un efecto oximorónico en el cierre de la canción de Moris. Cuando tira la sucesión de "tenés que salir, tenes sufrir, tenés que amar...etc.", todas cuestiones que, paradójicamente, son necesarias para tomar distancia de la mismidad, de lo propio que te encierra.
¿En qué quedamos?
Y yo insisto con la ausencia. No la vaga del padre que se fue, ni la que remite a la díada materna, si no la que da alguna noción de movimiento. Algo ausente implica que pudo haber estado antes pero partió. Pensar en sus razones ya abriga un apetito literario o sherlockholmesco.
En este sentido son muy ricas y jugosas las variantes que propone la RAE para describirla:
Ausencia: Acción y efecto de ausentarse o de estar ausente.
1. Sin.: alejamiento, separación, desaparición, marcha, partida, abandono, viaje, huida, retirada, emigración, expatriación, destierro.
Ant.: presencia.
2. f. Tiempo en que alguien está ausente.
3. f. Falta o privación de algo.
Sin.: falta, carencia, privación, vacío, insuficiencia, escasez, omisión, defecto, laguna, inexistencia.
Ant.:existencia.
4. f. Der. Condición legal de la persona cuyo paradero se ignora.
5. f. Med. Supresión brusca, aunque pasajera, de la conciencia.
6. f. Psicol. Distracción del ánimo respecto de la situación o acción en que se encuentra el sujeto.
buenas ausencias
1. f. pl. Encomio que se hace de alguien ausente.
2. f. pl. Buenas noticias que se dan de alguien ausente.
malas ausencias
1. f. pl. Vituperio que se hace de alguien ausente.
2. f. pl. Malas noticias que se dan de alguien ausente.
brillar alguien o algo por su ausencia
1. loc. verb. No estar presente en el lugar u ocasión en que era de esperar.Me quedo con esta última frase en relación al "era de esperar" que va de Godot a nuestro clásico teatral 'La China'. Quizás la trampa de todos sus sinónimos negativos y su recurrente enunciación, hagan perder de vista sus otros atractivos sentidos.
Descreo de sus antónimos (presencia o existencia) Que algo no sea dicho, no implica su latencia.
El caso emblemático y bien nuestro se refleja en la palabra "desaparecidos". Curioso que haya quedado fijado como un plural. ¿No?. El término de moda "Muchachos" y el vilipendiado "peronismo" son colectivos. Pero esto no da para pensarlo por acá. ¿O si?
Entonces la sola mención del término ausente ¿no repercute como algo existente? ¿No sería eso tan ridículo como suponer que el vacío es real? Y por ahí sí.
Vivimos conectados y entre ruidos (otro término morisiano) para eludir o mejor dicho evitar que algún hueco o alguna nada emerja en nuestras vidas. Tememos que la ausencia venga a sacarnos del eje y de la comodidad de las peleas habituales propias en nuestro mundo sabido. Igual que los marcianos de Wells, el cuco o el comunismo.
Como el aburrimiento, el silencio, lo incierto, como la pausa, la ausencia resurge cual alternativa del absoluto llamado conectividad que impone su reglas de juego. Casi determinándonos.
"No quiero lo que pasa, pero no queda otra" es la frase más mediática. "Es esto o la nada", oficia una antinomia cual debate massista. "Así como somos no va, habia que hacer algo distinto", justifican los demoledores mileistas, barriendo con su bohonomia atrás y adelante, ayer y mañana. Certeros aunque inexactos como buenos terraplanistas, globalistas y altaneros.
Mentores de un nuevo lenguaje donde no hay cabida para los ausentes. No existe lo que no está a la vista. Sería una premisa para sostenerlos.Y podríamos pelar decenas de lugares comunes y propios para mantener un status quo que no nos haga perder el eje. O cuanto menos que no nos saque de nuestra existencia cotidiana y digital.
O si no, cómo Alicia (o El Quijote)...a abandonar lo sabido y perseguir lo indescifrable.
En todo caso, si la ausencia es espera, habrá que evitar la confortablmente adormecida pausa de la rutina conocida.
Prefiero pensar que la ausencia implica movimiento. Transitar sutil, pero certero.
Cual aventureros. Así, en plural.
martes, septiembre 03, 2024
Algo que perdí
Ya van diez años desde que el laburo me devolvió al barrio. Y aunque me lo sé de memoria hoy no lo reconozco.
Igual insisto, me aparto sin querer de la máxima peronista - "de casa al trabajo y viceversa"- y supero la casa del Churrasco hasta llegar a la Iglesia. Veo hacia un costado y otro, pero nada. De pronto surge un repaso automático de nombres de amigos, novias, comercios, de vagos recuerdos y desencantos. También de logros efímeros.
Como ya pasé decenas de veces por estos lados, supongo que el algoritmo del gps debe estar haciendo su trabajo.
Repaso cada cuadra con la mirada como buscando algún indicio de aquello que perdí y que ahora intento rescatar sumido en falsas certezas.
Quizás como las del ciego bajándose de un bondi. Hasta que el perfume hace su trabajo para por fin señalar la izquierda o la derecha.
Por suerte está el viaducto, nuestro norte. Como muro muralla acota y simplifica. Entonces en el repaso uno está acá, pero también allá. Pispeando un terraplén ya inexistente. Ni escombros de nuestra canchita palaciega.
En cambio, el gigante que hizo elevar al tren por encima de nuestras calles ahora cuenta con su gris disimulado en múltiples colores para indicarnos que Sarandí puede ser melancólico pero no triste.
Retomo hacia la Avenida que nos gobierna, encarrilándome a la rutina. El viento de la esquina de la ex Ortiz continúa tan inconmensurable como en la infancia, pero faltan cómplices interlocutores para ratificarlo.
Con ver volándose pilotos ya se nota.Habrá entonces que volver a las noticias que a uno le competen. Alguna nueva víctima para Yanina Latorre, los eternos y fallidos retornos de Tinelli a una escena que hace años se le hizo esquiva. Flamantes romances de influencers, de pasiones breves pero faltos del glamour noventoso. Y no mucho más.
Llego a la redacción con las manos vacías. Pienso en Bono y aquello de "todavía no encontré lo que estaba buscando" aunque presumo alguna certeza por descubrir. Sólo que eventualmente resulta intangible y no sé po el momento cómo podría nombrarla.
martes, abril 23, 2024
La importancia de Lomas, Universidad Pública y más...
En el vértigo del día a día, se pierde perspectiva. Toda el conocimiento que me pegó en el rostro ratificando la ignorancia de un conurbanense con sueños católicos medios progres, medio naif, me ayudó a acomodar los patitos y concer gente valiosa, diversa, curiosa, atenta, divertida, sensible.
Celebro la Unlz y los cientos de trenes y 54 para juntarnos a decodificar a Saussure, Pichíon, Heidegger y quien venga en suerte. Entre insomnios, incertidumbres, preguntas existenciales, vértigo, falta de guita. En todos esos aspectos.
También aparecieron amigos y amigas cuyo mérito no pasa por la empatía ideológica, ni por proximidad barrial, ni siquiera parentesco. Pero gente que nos cambió para siempre y capaz de prescindir del tiempo y el espacio para igual llamarlos amigos.
Eso también es la Educación Pública, juntarnos para pensarnos y trabajarnos como mejores sujetos.
Cristina, Enrique, Jorge y también Marisa (a quien conocí en Lomas), Julio (y Vero por transitividad) lideran una larga lista que no es inolvidable, si no presente.
Tan presente, como la formación que es parte de mi. Gracias por ese recorrido a la UNLZ y sobre todo, a tantos profesionales (con o sin título) que vivimos entre cursadas, promociones y exámenes.