Uno, desde Crítica, se empeña en demostrar que cierto escepticismo, garpa, si de posturas intelectuales se trata. Maldice cada vez que puede los comportamientos y las enseñanzas K, se muestran tan puro en sus argumentos que termina avalando los de innombrables represores (la columna de Menendez de la semana pasada en el diario sirve de ejemplo) y hasta se jacta de haber sobrevivido a la plaza campestre de Palermo
El otro, en cambio, responde al formato oficial, a riesgo de empobrecerse en su rol de periodista. Los formatos spolkianos, dan cuenta de ello.
En tanto los jóvenes periodistas balbucean. Walsh, Rodolfo, puede mostrar un camino.
Pero bueno, la verdad siempre la tienen los sobrevivientes. Al menos en este país.
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