martes, agosto 21, 2018

La paranoia, con un postrecito

Feriado. Laburo igual. Me llama un amigo, pongámosle X, me habla de otro en común, Y. Me dice que Y está loco. Y le digo que sí. Después espero que amplíe. "Me dijo que era un potentado y que tenía un buen pasar, me habló de tal (Z, digamos) que está en el Rotary o en el Jockey Club, me contó además que durante un tiempo estuvo con Seineldin, pero que ahora sigue con Rico. Me dijo orgulloso que mató a varios subversivos. ¿Vos sabés negro si mató? ¿Por qué me vino a hablar a mí ahora? N (se me estarían acabando las letras para preservarlos a todos) me aseguró que está loco, pero yo no estoy tan convencido".

Le digo a X que se calme, que sí, que debe estar loco. Hay paranoia en mi amigo X que hoy se vale de un localcito y, a tientas, puede sostener una casa que heredó. "Le dije que yo no soy ningún potentado, que  mi viejo se hizo la casa laburando", continúa. Y es cierto, el padre socialista histórico yugó toda su vida. Pero a Y,  mucho no le importó. Acaso por eso tal paranoia. La de X, advierto.

Entiendo que el humorista devenido en voz establishment, abrió el grifo a este síntoma que ahora presenta mi amigo. No es sólo el postrecito, si no ratificar que los militares hicieron grandes cosas en este país. Acaso las "grandes cosas", se parezcan mucho a las de Y. Qué se yo, meterle una rata en una vagina a una piba no lo hace cualquiera. Torturar hasta matar, también debe ser especial.

¿Se parecerá esto a la angustia a la que aludió nuestro presidente cuando intentamos liberarnos?

Lo dudo, pero sé que muchos españoles usaban los pechos de las indias como alforjas. Y creo que la Asamblea del año XIII fue un dolor de cabeza para los realistas. También para los potentados de estos lares.

Le pido a mi amigo que se calme. Sostengo la hipótesis de la locura. Máxime con su negativa, se ve que Y lo asustó. Es lógico. Y era un buen tipo, sabía de artes marciales, sonaba purista, aunque también su vínculo con el ex carapintada le debe haber quitado todo lo de buen cristiano que le conocíamos. Principalmente si mató o intentó matar a alguien. "Yo no creo que matar sea algo de qué enorgullecerse", me dice aún confundido mi amigo X y tiene razón.

Vuelvo al humorista, Casero, sí podemos nombrarlo. Entre esta llamada de ayer y las barbaridades del gordo que tanto me divirtió con Chachacha y De la Cabeza, entiendo que todo se fue al joraca. Encima se muere una abuela. Esas que son símbolo de valentía, de ternura aún en lo macabro.

Alfredo (je, como Astiz) dijo que lo de los nietos recuperados es verso. Al final, el Ministro de Ahorro Postal  no era chiste. Es más, su Cavallo amplificado, parece hasta menos perverso que este de ojitos celestes y bárbara cool.

Le prometo a mi amigo X que lo voy a visitar para tomar unos mates. Mañana miércoles, quizás. Quedamos desde hace unas semanas que lo ayudaría a poner un poco en orden su casa. Después de que murió su mamá, sostiene la vida como puede.

Creo que se quedó con las ganas de que ratifique, vía N, si Y puede doblar la apuesta e insistir con sus preguntas. "¿Cómo vino aquí a mi casa? ¿Con qué propósito? ¿Qué está buscando?". Alguien sabe respuestas que aminoren el potencial dolor que insufló el visitante intruso. Porque a mi comienzan a fallarme los argumentos.

Estoy empezando a pensar seriamente en abandonar los postrecitos. En verdad, los hijos de puta de ahora, hace rato que atentan con mi apetito. Comer bien, también es cosa de ricos. ¿No?

"Tranquilo X, Y está loco", recalco. Locura como recomendación o consuelo a todo. Locura como salida a la superficie. Locura hasta que se vaya lo malo. Hasta que la crisis y la violencia gubernamental amainen. Hasta que caigan. Hasta que volvamos los que nunca nos fuimos, los que en silencio bancamos siempre la parada.

X nos llaman.

(Siempre será mejor que NN, ¿no?)   

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