viernes, abril 06, 2018

La voz que fui


Escucho una voz que fue la mía, no hace tanto.
Porque la vida te puede demostrar también que aún podés dejar de ser quien sos, sin bañarte de más en el mismo río.
Aquel de hace días, meses, años, jugó y todavía cree jugar a la radio, al periodista, al pibe bueno. Escucho la voz acoplada con otros aliados, esos que no fallan y te acompañan y a quienes ni necesitás llamar por su nombre de pila. Hay cierta confianza en los amigos del corazón que puede prescindir, incluso de las palabras.
No es telepatía, no señor. Existe una sabiduría superior al olfato, una intuición capaz de sondear sangre a partir de lo no dicho, de la ausencia.
Celebro hacerme cargo de semejante inteligencia, en días de recuperación.
Nada del otro mundo aclaro, no hay falopa, sólo un brazo a la espera de ser recompuesto tras una dura caída que me indicó hace veinte días mi falta de ubicación.
Ubicación como sujeto, como padre, como socio.
Escucho una voz que supo ser viernes en un programa radial soñado, creado para expandir los sueños de la ficción visual y hacerlos notas, relatos, experiencias compartidas.
En días y dentro del mismo formato, la voz será diurna y sabatina.
Acaso más coloquial y menos pretenciosa.
Por el mismo dial, con el mismo socio, hermano y amigo.
Escucho la voz, insisto y me gusta más que esta. Lógico, tengo más horas de viejo del tipo que fui. ¿Menos sueños en la mochila? Ponele.
Escucho lo de ayer que en breve será las 20 del último viernes de Quémiras y pienso en esa ambición que hoy como a todos, como ocurre en esta bendita tierra, me hace suponer que estoy guardándome cosas importantes para decir a futuro.
Mentira, todo cenizas.
Cenizas y diamantes.
Las cenizas pa nosotros, como las penas.
Escucho una voz que no dice nada, pero vibra mucho.
Como quien tararea con inexactitud una canción preferida.
Escucho y quiero escuchar.
A la voz pasada, a la de los míos.
A la de todos.
Voces, no reproches ni argumentos.
Voces.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Reflexionemos juntos, no te inhibas y peleate conmigo y con la escritura.