viernes, marzo 02, 2012

Sticky fingers

Sin facebook, dando vueltas, fiel a mi estilo, cual calesita virtual, pienso en dedos atrofiados o en cualquier idea que me permita transpolar el "me cortaron las piernas", maradoniano a la dificultad de expresarme desde este lugar. A decir verdad, hace rato que mis manos se vuelven muñones combativos. ¿no es acaso el twitter un cuadrilàtero constante donde el ego suele salir airoso?... con una celebración solitaria de quien dispara certero algùn comentario y recibe minúsculos aplausos de una tribuna amigable, pero falta de ideas.
Entre tanto, lamento perderme de contar la historia de la pareja hipona en Constitución, del pibe espiando a su mamá adolescente, de todo lo que hubiese querido ser y dejé en el camino por inválido intelectual, etc, etc.
Lamento que los relatos sólo sean vomitivos. Justo yo, que me jactaba de esta especialidad, con comentarios hirientes e inolvidables en las reuniones provocadoras de máximas asesinas a prueba de curiosos e inocentes. Descarto las charlas sobre cuentos, libros y películas que van menguando en proporción inversa y directa que los dedos sacudiéndose en cualquier blackberry solitario. Añoro las miradas cómplices e incluso, el despecio de quien ajeno se enfrenta callejeramente a los ojos de uno.
Es lo que hay, no?

1 comentario:

  1. Any Oldiron2:50 p.m.

    No sé si es lo que hay, lo que no hay es la historia de la pareja y la del chico, que lo puede contar en unas líneas sin pedir permiso ni disculpas por su estilo, que para eso esta es su casa y nos invita. Y si no fueran esas historias, pueden ser otras; bastantes cosas pasan cada día que merecen ser contadas.
    Ah! y puede explicar que tiene los dedos superadheridos (se fue un maestro, pero nos dejó palabras para cada situación posible).
    Buen fin de semana.

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Reflexionemos juntos, no te inhibas y peleate conmigo y con la escritura.